¡Feliz Pascua de Resurrección! Si llegaste hasta aquí es porque te gusta profundizar en tu Fe. Te inivitamos a leer este articulo hasta el final, mirar el video, comentarnos y compartir esto con los demás. «Celebremos, pues, la Pascua con panes ázimos de sinceridad y verdad» (1Cor 5,8).
Con el Triduo Pascual y la Solemne Vigilia Pascual, entramos en en Tiempo de Pascua, que se prologará hasta el Domingo de Pentecostés. En la Vigilia Pascual de este año 2022, el Papa Francisco afirmó que «la Pascua es tiempo para movilizarse y celebrar»: Movimiento de corazones que arden de amor y que se iluminan con la luz del Resucitado; movimiento de quienes anuncian esta maravillosa noticia a los otros; movimiento del Pueblo de Dios que camina y celebra su caminar.
La Resurrección, ha recordado nuestro Obispo Diocesano, «es el fundamento de nuestra Fe; la fuente donde siempre podemos beber para alimentar nuestro ardor y compromiso misionero». No se trata de una idea o un sentimiento impuesto voluntariamente. Es un acontecimiento que nos sobrepasa, nos sorprende, y ante el cual debemos rebajarnos para adorar. En efecto:
«La Resurrección es un acontecimiento dentro de la historia que, sin embargo, quebranta el ámbito de la historia y va más allá de ella… Podríamos considerar la resurrección algo así como una especie de «salto cualitativo» radical en que se entreabre una nueva dimensión de la vida, del ser hombre. Más aún, la materia misma es transformada en un nuevo género de realidad. El hombre Jesús, con su mismo cuerpo, pertenece ahora totalmente a la esfera de lo divino y eterno». (Benedicto XVI)
De alli que «la predicación apostólica, con su entusiasmo y su audacia, es impensable sin un contacto real de los testigos con el fenómeno totalmente nuevo e inesperado que los llegaba desde fuera y que consistía en la manifestación de Cristo resucitado y en el hecho de que hablara con ellos. Sólo un acontecimiento real de una entidad radicalmente nueva era capaz de hacer posible el anuncio apostólico, que no se puede explicar por especulaciones o experiencias interiores, místicas. En su osadía y novedad, dicho anuncio adquiere vida por la fuerza impetuosa de un acontecimiento que nadie había ideado y que superaba cualquier imaginación». (Benedicto XVI).
ESPECIAL / Pastoral de las Comunicaciones