«Dios se vale de muchos hermanos y situaciones para darnos su mensaje». Comentario bíblico del Domingo XIV del Tiempo Ordinario /B.

Pbro. Jeusmar Castillo.


Ya nos encontramos en Décimo Cuarto domingo del tiempo ordinario, nuestro recurrido litúrgico desde la pascua nos ha venido catequizando sobre diversos aspectos, hoy la liturgia de la palabra, providencialmente nos habla del “profeta”, podemos pensar al oír esta palabra en ciertos personajes bíblicos que marcaron la historia de la salvación, sin embargo, es necesario recordar que esta condición la adquirimos cada uno de los cristianos el día en que recibimos el sagrado bautismo, cuando se nos unge como “Sacerdotes, Profetas y Reyes”. El profeta, cuya función versa en “anunciar y denunciar”. Sabemos que es Dios mismo que nos convoca a esa misión, Ezequiel comenta como surgió su vocación, cómo Dios lo envía a un pueblo duro de corazón y rebelado contra él. Podemos preguntarnos cada uno de nosotros ¿y yo? ¿Dónde ejerzo mi función de profeta? ¿Cómo es el pueblo donde me toca profetizar? No es preciso remitirse a un grupo de gente muy lejano, mi función debe comenzar por los más cercanos: mi hogar, mi familia, mis vecinos, mis compañeros de trabajo, entre otros. 

Pero es aquí también donde el evangelista Marcos nos dice “todos honran a un profeta, menos los de su tierra y los de su casa”… quizá suena un poco contradictorio, y a todos nos ha tocado alguna experiencia similar a la de Jesús´, cuando queremos manifestar o llevar el mensaje de Dios y se nos rechaza, se nos señala y se nos critica, y muchas veces es la familia o los más cercanos; pero es allí donde debe comenzar este servicio, no solo es profetizar o evangelizar con palabras, es preciso que nuestra propia vida y nuestro actuar diario sean testimonio vivo de que estamos cumpliendo con la voluntad de Dios, no es necesario ponernos a pregonar en las calles y gritar de puerta en puerta el mensaje de Jesús, comencemos primero con “hacerlo vida”,  comencemos siendo “cristianos” en el hogar, en ese pequeño entorno que ahora nos encontramos por motivo de la pandemia, en ese reducido grupo de personas con las que puedo convivir, allí es donde debo comenzar, quizá nos toca fuerte, quizá se nos hace difícil, pero es aquí que debemos recordar lo que dice san Pablo el día de hoy “ te basta mi gracia”. Cuando un bautizado es consciente de su vocación de profeta sabrá recurrir a Dios y él le dará las herramientas necesarias para cumplir su misión. Pablo tuvo que enfrentar situaciones difíciles y duras, pero en esos momentos de flaqueza, que, muchos podemos tener, así como a Pablo, el poder de aquel que nos llama se hará más fuerte y vivo, porque “cuando soy débil, Cristo me hace más fuerte¨

Es preciso también meditar, ¿Cómo recibo el mensaje de Jesús? ¿Cómo veo yo a los demás cuando me llevan el mensaje del Señor? Acaso lo recibo con agrado y prontitud, o ¿me es más fácil señalar y criticar a este hermano que se me acerca para manifestarme la cercanía de parte de Dios? Dios se vale de muchos hermanos y situaciones para darnos su mensaje. Más en este momento crucial que vive la humanidad a causa de esta pandemia, donde la realidad de tristeza y dolor se vivencian en nuestro alrededor por la pérdida física de muchos familiares y amigos. Que él mismo nos ilumine para saber atender a su palabra y convertirnos en testimonios vivo de su evangelio, y así poder darle el honor y la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Pbro. Jeusmar Jesús Castillo Andrade

Administrador Parroquial de la Parroquia de Santa Lucía

jeusmar1985@gmail.com

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio