La vivencia de la Fase Diocesana del Sinodo de la Sinodalidad será una oportunidad para revitalizar nuestro Plan de Pastoral, al mismo tiempo que posibilitará la consulta al pueblo de Dios que será nuestro aporte para las siguientes fases del Sínodo. Un tiempo fuerte de escucha para discernir lo que el Espíritu dice a la Iglesia a través de la Palabra de Dios, el Sensus Fidei (el sentido de la fe de los fieles) y los signos de los tiempos.