En medio de un profundo sentimiento y gratitud, la diócesis de San Fernando de Apure celebró la Eucaristía exequial de Monseñor Roberto Dávila Uzcátegui, primer obispo de la diócesis. La misma fue presidida por monseñor Alfredo Enrique Torres, obispo diocesano, en la Santa iglesia Catedral San Fernando Rey. Entre los participantes se contó con la presencia de varios miembros del clero, así como una representación significativa de las grandes obras de Monseñor Dávila: la Confraternidad de la Doctrina Cristiana (CDC) y la Unidad Educativa colegio diocesano San Fernando.
En su homilía Monseñor Alfredo Torres relató la gran obra misionera y pastoral de Monseñor Roberto desde su ejercicio parroquial en la Arquidiócesis de Mérida, su tierra natal y donde se formó y ordenó. Describió al padre Dávila como un hombre de profunda oración, inventiva pastoral y propiciador del protagonismo laical. Además, indicó que la única parroquia que asistió como párroco, San José Obrero, se convirtió en la más grande de la ciudad. A su vez, fue madre de 8 parroquias, 16 sacerdotes, entre ellos 3 obispos, donde se incluye el mismo Monseñor Alfredo.

Finalmente, reconoció la labor pastoral de Monseñor Roberto en esta iglesia particular al instituir ministros extraordinarios de la palabra en vista de la falta de sacerdotes (hoy algunos de ellos diáconos permanentes) con el fin de atender las parroquias existentes. Así mismo, al fundar la CDC, apostolado del cual expresó había «preservado de alguna manera la fe de la feligresía apureña durante mucho tiempo». Por otro lado, el obispo diocesano anunció la próxima creación de un salón diocesano de pastoral que llevará el nombre de Monseñor Roberto Dávila Uzcátegui.
La Eucaristía cerró con unas palabras del pbro. Álvaro Meneses, director del colegio diocesano San Fernando, con el fin de relatar la fundación del colegio y la labor de Monseñor Roberto en pro de la educación católica y del fortalecimiento pastoral de la diócesis. De igual manera, Maygualida Maldonado, vicepresidenta de la CDC, dirigió unas palabras de agradecimiento por el homenaje realizado al fundador del apostolado y animando a seguir su testimonio de servicio y entrega a Dios.
María Inés Polanco Maldonado, autora