Nacido en la ciudad de Cúcuta- Colombia, en medio de una familia con valores cristianos, asegura que siempre tuvo mucha cercanía con la fe, gracias a la perseverancia de sus abuelos maternos. El Padre Álvaro Meneses, hoy 6 de julio cumple 25 años de Ministerio Sacerdotal, y asegura que siempre tuvo cercanía con la experiencia de la fe y de participar de las celebraciones religiosas, en las que sus padres y abuelos, “fueron los promotores de mi formación cristiana”.
Afirma además que siempre le llamó la atención todo lo relacionado con la religión, desde participar en la Eucaristía, ser monaguillo, participar en los grupos juveniles y en los movimientos eclesiásticos. El Padre Álvaro, asevera que sintió el llamado de seguir a Dios desde niño, “pero no aferrado a una decisión de ser sacerdote, esa decisión la tome cuando estaba culminando el último año de media general”.
Dijo que en compañía de Monseñor Alberto Giraldo Jaramillo obispo de Cúcuta y el Padre Natorre también de Cúcuta, se encaminó en el proceso de discernimiento y decidió irse al seminario Mayor San José en la ciudad de Cúcuta- Colombia en el año de 1986. El Padre Álvaro asegura que la decisión de ser sacerdote, la tomó influenciado por el testimonio de aquellos que habían sido sus párrocos, en su infancia y adolescencia, entre ellos, el Padre Manuel Grillo Martínez, “quien fue el primer párroco con quien participe como monaguillo, luego el padre Virgilio Chona, el Padre Emil Camargo, el Padre Juan Carlos Calderón quien ha sido uno de los sacerdotes que me ha ayudado en todo este proceso vocacional, sobre todo en el discernimiento, ya más cercano a mi ordenación sacerdotal. Ver como entregaban su vida a la Iglesia y a los demás influencio mucho en mi decisión de irme al seminario y posteriormente convertirme en sacerdote.
De como llega a San Fernando de Apure
Una vez cursados sus estudios en el Seminario Mayor San José de Cúcuta, su padrino de ordenación, el Padre Juan Carlos Calderón, conoció a Monseñor Mariano Parra Sandoval en Roma y le habla de la inquietud del entonces seminarista, de venir a esta Diocesis, la cual se identifica como misionera, “es allí cuando se me abren las puertas para San Fernando de Apure y vengo a conocer y ver la realidad de esta diocesis y de esta tierra misión y aquí me quede”.
Apureño de corazón y nacionalidad
“Yo me identifico como apureño de misión porque me entregue para la diocesis de San Fernando de Apure y ahora soy apureño de corazón y de nacionalidad, porque también adquirí la nacionalidad venezolana recientemente, eso me hace sentir venezolano y como venezolano me hace sentir verdaderamente apureño”. El Padre, afirma que servirle a esta Diocesis, es lo que le ha hecho amar las tierras apureñas, “conocer la cultura y la idiosincrasia de la gente y del pueblo, eso marcó mi vida sobre todo que me hacen sentir parte de esta tierra”.
Por venir de otras tierras con otras culturas, asegura que le fue un poco difícil en un principio, “pero luego que fui prestando generosamente mi servicio, me di cuenta que Dios me necesitaba para acá y me llamaba a identificarme con este pueblo”, asevera.
¿Por qué si es colombiano de nacimiento no ha decido regresar a su tierra?
En estos momentos difíciles, en los que muchos sacerdotes venezolanos han emigrado y teniendo en cuenta que mi familia me dice que porque siendo colombiano, no te vienes de Venezuela si los sacerdotes venezolanos están saliendo de allá, mi respuesta es sobre todo a mi madre, es que yo soy de esta tierra porque Dios me llamó para acá a pastorear a estas ovejas que sufren en medio de esta realidad tan difícil y como pastor que soy no puedo dejar solo al rebaño. Y estar aquí en medio de esta situación difícil, no me da miedo porque yo le sirvo a Dios y cuando uno le sirve a Dios siempre siente la mano de Dios. Yo aquí llegue sin nada y sigo sin tener nada, pero nunca me ha faltado nada.
La experiencia que marca su Ministerio
El Padre Álvaro, afirma que en estos 25 años, el ser sacerdote y párroco ha sido la experiencia que más le llenado en el camino que Dios le marcó, pues siendo párroco, “creces como sacerdote, porque acompañas a la comunidad en su camino a la santidad, talvez en sus diferentes dimensiones, es caminar en una comunidad, y acompañar la diversidad de carismas en una comunidad, porque es allí donde debemos reconocer la acción del Espíritu Santo en esa diversidad de carismas y acompañar a los grupos es una de las más maravillosas experiencias”.
Su experiencia como párroco en otras latitudes
En estos 25 años de ministerio, el Padre Álvaro, se desempaño como párroco en diferentes partes, tanto en Venezuela como en otras latitudes, como por ejemplo en Roma, donde durante tres años, tuvo la oportunidad de acompañar una parroquia. Asegura que fue una experiencia maravillosa, pues pudo conocer, otra cultura y además tuvo la oportunidad de conocer de cerca la sede de la Iglesia Universal, estudiar Derecho Canónico en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz, estar de cerca con el Papa y con toda la realidad de Iglesia. Es de mencionar, también sus dos años y medio en la ciudad de New York en donde estuvo acompañando a una parroquia latina, “esta también fue una experiencia maravillosa y novedosa pues había fieles de toda América latina y acompañar a cada uno en sus diferentes culturas fue una de esas experiencias que enriquecen el ministerio sacerdotal”.
¿Que lo ha identificado en su ministerio?
Con la experiencia con la que me he identificado más es con la última que es ser el director de los seminaristas y del departamento de la pastoral vocacional, porque es tener la oportunidad de transmitir toda esa experiencia de fe y de servicio toda esa experiencia de conocimientos de acompañamiento a tantos fieles en las iglesia, porque eso es la pastoral vocacional, transmitir toda esa experiencia a los futuros sacerdotes en medio de esta iglesia apureña a la que tanto conozco y amo y que quiero seguirle sirviendo hasta que Dios lo disponga.
De igual manera, el Padre Álvaro, asegura que ser director vocacional, es la más difícil de las responsabilidades que le ha tocado asumir, pues le exige más responsabilidad, “porque es formar futuros sacerdotes para la Diócesis de San Fernando de Apure, es una tarea que requiere exigencia, sacrificio, testimonio, donación y disponibilidad, para todo este trabajo, que verdaderamente vale la pena ya muchos que iniciaron conmigo la etapa de configuración, ya muchos hoy son diáconos otros sacerdotes, para mí en este momento en mis 25 años, la recompensa más grande ha sido guiar a los futuros sacerdotes de la iglesia sanfernandina y sobre todo saber es que ya ellos sirven para esta iglesia”.
Párroco en esta Diócesis
Cuando llegó a esta Diócesis, lo hizo como seminarista y llegó a la entonces capilla Nuestra Señora de Coromoto, la cual en compañía de los Padres Dominicos fue erigida como parroquia. Posterior a eso, fue párroco encargado de la Parroquia Nuestra Señora de Coromoto por tan solo cuatro meses. Seguidamente, fue trasladado a la Parroquia Inmaculada Concepción de Biruaca, y luego fue párroco de la Parroquia María Auxiliadora durante 13 años y en la actualidad se encuentra nuevamente en Nuestra Señora de Coromoto.
Su carrera dentro del Colegio Diocesano San Fernando
El 15 de septiembre de 1995, inició como coordinador pastoral dentro del Colegio Diocesano, puesto en el que se destacó durante cuatro años. Luego estuvo durante 15 años en la administración de la institución y en la actualidad se desempeña como director de la misma. Es decir, “que he hecho toda una carrera dentro del colegio donde he aprendido todo este espacio de la educación y me ha tocado asumir en este tiempo de pandemia el trabajo a distancia que no ha sido nada fácil, pero con la ayudad del Señor y la gracia del Espíritu Santo se ha podido llevar y el colegio Diocesano es reconocido también por la Zona Educativa de Apure como uno de los mejores colegios de todo el estado Apure”.
Llegó para quedarse
A modo de anécdota el Padre Álvaro comenta que arribó a San Fernando de Apure, un 21 de agosto y de inmediato fue recibido por la calidez del apureño, pues llegó a casa de una familia que estaba haciendo lo que popularmente se conoce como una “coporada”, que es un plato típico de la región y consta de Coporo frito con yuca y ensalada. Al servirle la comida se dio cuenta que era un pescado que en Colombia le dicen bocachico y es uno de sus favoritos, “y cuando esa familia vio que me estaba comiendo la cabeza, me dijeron mire Padre, usted no se va de aquí”, “de modo que creo que el apureño tiene su hechizo y es su calidez humana y cercanía y sensibilidad con el foráneo con el extranjero”.
Si pudiera volver a elegir…
“Si pudiera volver a elegir, elegiría ser nuevamente sacerdote y sacerdote de San Fernando de Apure porque tuve muchas oportunidades de quedarme en Italia y Estados Unidos o regresarme a Colombia, pero nunca pensé en irme totalmente de San Fernando, quizás todas esas experiencias pastorales enriquecen, pero me gusta lo que hago en San Fernando, porque el apureño es una persona abierta, generosa y sensible”.
La Ordenación
El 6 de julio de 1996, es ordenador por Monseñor Mariano Parra Sandoval como sacerdote de la Diocesis de San Fernando de Apure estado Apure.
Lcda. Zinnia Palencia
Comunicadora Social
zinniapalencia@gmail.com