Homilía de Mons. Alfredo Torres en la Ordenación Diaconal de Darwin Palacios.
Frescas la imágenes de la beatificación del Dr. José Gregorio Hernández Cisneros, Cantamos hoy nuevamente la misericordia del Señor, que sigue manifestándose con abundancia sobre nuestra Diócesis de San Fernando, al imponer las manos sobre este hermano, a quien hemos elegido para el Orden de los Diáconos y siga consolidando esta obra de evangelización, al echar las bases de esta nueva Parroquia en el Sector Las Maravillas, que pronto decretaremos. Bendigo al Señor con este coro sacerdotal y esta entusiasta Parroquia de San Martín de Porres, porque continúa la obra del Espíritu Santo, fecundando en vidas y obras concretas para bien de nuestro pueblo.
Tres aspectos importantes, comporta el diaconado, que hoy te recuerdo, que cambiarán el curso de tu vida para siempre: primero formalizarás hoy un compromiso con el Señor de tu celibato, como entrega total, en el cual ya no habrá amor más grande en tu vida que el amor a Dios, como lo señala el evangelio que acabamos de escuchar. No es una negativa ni mutilación de nuestro ser sino una donación de amor a Dios para el servicio de la causa de extensión del Reino de Dios y en segundo lugar, se formaliza hoy la decisión de orar, de manera específica con la liturgia de las horas, la cual no sólo se elevará al Señor, sino que sostendrá tu ministerio de servicio al pueblo de Dios y finalmente, te dedicarás a trabajar, para consolidar la obra que el Señor te pide en este momento, de dedicar con todo empeño la edificación de la Parroquia del Divino Niño, hasta donde puedas llegar.
Inicias pues hoy una emocionante aventura, que te pedirá la donación total de tu ser a Dios. Dificultades vendrán ciertamente como todo, pero contarás con la fuerza que da el Espíritu Santo, que hace un milagro constante, que desafía los escollos del paso diario, para ir llegando a la meta, para aportar aunque sea un granito de arena, en la construcción del Reino de Dios.
El interrogatorio insistente del Señor a Pedro me amas… porque de la respuesta que demos, definirá la orientación sea exitosa o de fracaso de cada uno de nosotros… ella plantea el fundamento: Dios es el único Dios… no puedo admitir otros dioses: ni mis pensamientos ni mi fama, ni mi personalidad, ni mis aficiones, ni mis proyecto. TODO… todas las cosas, todas las exigencias de las personas han de ceder ante la realización del designio amoroso de Dios sobre mí. (introducción a los ejercicios de San Ignacio de Loyola). Y sólo la oración frecuente y consistente, nos dará la clave de sentido, para el diario trajinar, que recién has comenzado. Qué bueno, que tu postración ante el Señor, sea en compañía del Santo Patrono de esta comunidad, San Martín de Porres, quien escoba en mano, en humildad, dejó actuar la gracia de Dios para desgastarse por Dios en los hermanos.
Bendito sea el Espíritu Santo, en cuya víspera te ordenamos, a quien adoramos en unión con el Padre y el Hijo Único, que nos miran con tanto amor y ha fecundado de numerosas vocaciones esta porción del llano y que fructificará en fervoroso pueblo de Dios, acompañado y atendido. Te cubra de amor el manto de la Santísima Virgen y seas un santo misionero diácono y pronto presbítero para esta Iglesia bendecido por el Señor.