Semana Santa: misterio y acción

Pbro. Yorwins Vielma

«Padre mío, si esta copa no puede pasar sin que yo la beba, hágase tu voluntad.» (Mt 26, 39)

La Hora de Jesucristo el Señor, se traduce para nosotros en tiempo de Gracia y Bendición, pues mientras que él asume todo en su humanidad apropiándose de una kenosis reconciliadora que nos proporcionará, desde ahora y hasta la última realidad de nuestra existencia, un perdón absoluto del Altísimo, no permitiendo así el triunfo de la muerte por el pecado, nos introduce en la pedagogía del plan de Dios. Al llegar la Semana Santa, los “días santos”, también llegan para nosotros numerosos recuerdos, costumbres, tradiciones religiosas y populares entorno a la figura de Cristo. Sin embargo, probablemente muy pocas veces nos hemos dado la tarea de detenernos un instante y apartando los detalles envolventes, hemos podido contemplar la hermosura de estos días donde celebramos el centro de nuestra fe.

Cruz cristiana. felicitaciones por el domingo de ramos, pascua y  resurrección de cristo. ilustración de vector eps10 | Vector PremiumDesde que recibimos a Jesús con ramos y alabanzas, proclamándolo como el Mesías, allí comienza nuestra ruta de dolor y de Gracia pues así como le aplaudimos, también le traicionamos. Los ramos signos del triunfo de Jesús, nos revelan la realidad del martirio pues la misma euforia que, para entonces, usaron aquellos que tendían sus mantos para que el Señor pasara, de igual modo estuvo presente al momento de gritar: ¡crucifícalo!. Celebrar la entrada triunfal de Jesús es celebrar también el paso salvador de Dios en medio de la vida propia, sabiendo aún que mi debilidad gritará al mismo tiempo: ¡crucifícalo!

La retransmisión de la Santa Misa lidera la audiencia dominical de Canal  Sur Televisión | Archidiócesis de SevillaPor eso, desde el inicio abanderamos el sacrificio de Cristo como un misterio revelado por el Padre en su persona, y una acción suya que, en Él, devela igualmente la plenitud en el cumplimiento de su promesa. En tal sentido, es la Semana Santa un tiempo sin igual para entender desde una perspectiva VIP el Misterio y la Acción de Dios.  Así pues, adentrados en dicha dinámica, avanzamos hacia la cruz y el dolor de la Virgen nos unifica. Tras proclamarlo Mesías, llevarlo a juicio, considerarlo con actitud burlesca como “rey”, colocamos sobre sus hombros el madero áspero de la cruz, y Él, como “cordero manso” símbolo no sólo de su sacrificio, sino también la pureza y la inocencia de aquel que será martirizado por nosotros, lo encaminamos a aquel monte testigo en sí mismo de aquella sangre que le nutrió para siempre su existir. Pero antes de experimentar aquel grito de dolor, nos concentramos en el umbral del Triduo Pascual; Tres días: jueves, viernes y sábado santo, que contienen gozosamente el néctar de la predicación kerigmatica de nuestra fe.

Pin en Estaciones de La CruzComo católicos, conmemoramos desde aquella tarde el Don de la Eucaristía, misterio y acción de Dios, pues generando para nosotros de “sus santas y venerables manos” (Misal Romano, Plegaria Eucarística I) el alimento del pecador, “pan de vida y cáliz de eterna salvación” (Misal Romano, Plegaria Eucarística I), cada jueves santo le damos gracias por haberse querido quedar en medio de nosotros, valiéndose de instrumentos insuficientes que Él mismo va perfeccionando con la gracia de su Espíritu, por eso le adoramos y contemplamos. Así pues, generando en nuestro sentir la contemplación, por su Espíritu, de este misterio como acción de su entrega generosa en obediencia al Padre,  por muchos, alzamos la mirada para experimentar la realidad extrema del verdadero amor traducida en una muerte de cruz. El silencio y el dolor se apoderan del Viernes Santo, donde por medio del color rojo manifestamos el sacrificio de Cristo, la entrega absoluta de Dios a pesar de nuestra desobediencia, falta de fe y traición. No se hace indiferente, da el paso y se entrega en dolorosa muerte a pesar de que no comprendamos. Ello, nos envuelve en una atmósfera de recogimiento, y repasando sus últimas siete palabras, experimentamos el abrazo tierno de un Dios que no se deja vencer en misericordia.

Cirio pascual encendido por Rita Laura (@ritalaura) | CathopicPero en la penumbra de la noche, donde todo parece sin sentido, allí una realidad está siendo testigo del gran acontecimiento que ningún otro hombre ha podido atestiguar. Así, en aquella oscuridad del Sábado Santo se enciende la llama de la fe, la luz de la vida, significando desde el gran cirio, la presencia real de Jesucristo Vivo y Resucitado, y la Iglesia unida por el mismo cantar en toda la tierra, entona el himno sublime del Gloria llenándose de regocijo por la gran obra de Dios Todopoderoso.

Es entonces donde el primer día de la semana, el domingo, los creyentes en Cristo, se reúnen en los templos para proclamar con gozo, alegría y convicción el acontecimiento de la resurrección, convirtiéndose así éste en el día del Señor, día de alegría y de gozo, pues “Si Cristo no hubiera resucitado, vana seria nuestra fe” (I Corintios 15,14) . 

Imagenes de jesus resucitadoEs por ello que, cada vez es más necesario masticar y digerir la esencia de lo que Jesús hizo de una vez y para siempre por nosotros; permitamos entonces que, durante los días santos podamos, frente a todo y todos, vivir a plenitud este misterio revelador de la acción extrema de Dios que nos vuele a Él para reconciliarnos con el Padre. 


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